domingo, 6 de abril de 2008

El mensajero

-Lluvia... tres días viajando y lo único que veo es lluvia- dice un jóven, vestido con ropas sucias, descalzo y de aspecto humilde mientras coloca una pequeña jarra sobre una roca para recolectar agua. Es de mañana y el olor a tierra mojada se filtra en la apretada cueva que encontró para refugiarse de la madre naturaleza. La noche fue tranquila y pudo dormir, sin bestias ni peligros. Revisa en su bolso ( diminuto en aspecto pero de sorprendente capacidad ), tiene algo de comida, una soga ( siempre pensó que podía ser útil en un viaje ) y una encomienda, de aspecto muy formal y cuidadosamente presentada, del lider de la Aldea del Chacal para ser entregada antes del fin de Yule al Rey Iriol IV, soberano de las tierras de Liriel.
- Me pregunto qué tanta importancia puede tener este pedazo de papel- piensa el jóven recordando las palabras de Lurko, el lider Chacal : " Tu nada más tienes que entregar esto al Rey, no te demores en asuntos externos y por nada del mundo, Faal ... mi curioso e intrépido mensajero, por nada del mundo LO ABRAS PARA LEER!! ".
Largando un suspiro, estirando la pierna sobre la tierra aún seca de la cueva, se levanta y se dirige a la vasija con agua -bien, ahora solo nos falta la comida...veamos - rompe una varilla del piso, de un metro aproximadamente de largo y, con un rápido movimiento saca una pequeña espada de su lado izquierdo de la cintura.
Es de tarde, pequeñas chispas de una fogata dentro de la cueva bailan y rechinan en los sueños del jóven. Sobre el fuego, dos espinazos de pez y la vara a un lado. Un leve sonido en el piso despierta al muchacho... - mmm... ?? No! Me debí de quedar dormido luego de la comida!! - Se frota los ojos y mira hacia afuera - debió haber parado la lluvia hace un buen momento, la tierra está seca... Faal, una vez que te encomiendan algo medianamente importante y te quedas dormido? - Otra vez el sonido en el piso, esta vez el sonido crece en potencia y continuidad. Apoyando una palma en el piso el muchacho identifica el temblor... Son caballos! Rápidamente toma su bolsa, cubre de tierra las cenizas de la fogata y los restos de comida y se dirige hacia un puente de madera, a unos 20 metros de la cueva, que comunica las tierras del Chacal con el territorio salvaje de Liriel. Al colocar un pie sobre el puente escucha un relincho. En este preciso instante todo pasó muy rápido... El jóven mira hacia atrás en su carrera y divisa muy cerca del lado derecho de la cueva la cabeza de varios caballos corriendo, sobre sus monturas ve caballeros, vistiendo plateadas armaduras y cascos. Sobre el pecho la figura de un león y el estandarte del Rey en alto. El pie toca un borde del puente, trastabilla y cae hacia el río, unos 10 metros de altura. Lo último que recuerda de ese momento son girones de agua y cielo en un baile frenético y la carta para el rey en la bolsa, varios metros atrás perdiendosé de vista.